viernes, 13 de noviembre de 2009

El regreso a una gerencia comunitaria



Por: Juan Manuel Salamanca
Extraído de: Educamericas

La visión tradicional de la gerencia dice que los reyes son los accionistas, y todos los esfuerzos de la compañía deben estar dirigidos hacia ellos. ¿Por qué? Sencillo: todo se podría solucionar con la mano invisible del mercado. Pero vino la crisis y este paradigma cayó. Entre las cenizas, ha resurgido una nueva mirada que entiende a las organizaciones como parte de un medio, que es tan importante como los actores internos, incluso los accionistas.

Jeffrey Pfeffer, profesor de Comportamiento Organizacional en el Graduate School of Business de Stanford University, en California, señaló en un artículo de Harvard Business Review que "actualmente, las opiniones relativas a la desregulación, las finanzas, los horizontes temporales y la sabiduría de los líderes corporativos están cambiando, y la lógica que prioriza la creación de la riqueza de accionistas por sobre la creación de valor para los stakeholders (los distintos grupos de interés de una empresa, desde los clientes, los empleados hasta la comunidad y los accionistas) está merecidamente bajo amenaza".

En la misma línea, el coach ontológico de Newfield Consulting y profesor de IESA Business School de Venezuela, Gustavo Romero, sostiene que hoy las organizaciones requieren de un líder gerencial con competencias distintivas, para dirigir el cambio en sus organizaciones. "Un líder con alta sensibilidad social, conocedor y sensible a las variables críticas del entorno en las que se desenvuelve su gestión y la de su organización", precisa.

Además, agrega que los ejecutivos deben estar preparados y capacitados para "remover obstáculos y expandir la acción de colaboradores que cada día más son trabajadores del conocimiento, cuyas capacidades y potencialidades se abren cuando reciben una orientación y apoyo alejados de modelos gerenciales autocráticos tradicionales. Un líder gerencial consciente como nunca antes de la necesidad de promover una gestión empresarial e institucional socialmente responsable en todos los órdenes". De ahí también la importancia de desarrollar una efectiva comunicación corporativa.

En tanto, Rafael Gómez Nava, director del programa MBA del IPADE Business School, afirma que toda crisis puede ser generadora de oportunidades. "Mientras más personas comprendan su rol económico-social, mayores beneficios se propiciarán en el bienestar social y empresarial", concluye.

Pero el modelo centrado en los grupos de interés o stakeholders tiene poco de nuevo, ya que fue el imperante durante los '50 y '60, cuando se consideraba que el rol de los ejecutivos era el de equilibrar los distintos sectores alrededor de la empresa, más que satisfacer los intereses de los accionistas y hacer crecer el valor de las acciones.

Claudia Halabí, Directora de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales (UDP), señala que los estilos de liderazgo han cambiado acorde con los tiempos y las culturas: "La nueva economía requiere empresas líderes comprometidas con los valores de una comunidad informada y consciente de las necesidades. Debe guiar en forma persistente un proceso donde se generen cambios y que dichos logros se alcancen a través de la participación activa de los miembros del equipo de trabajo. El estilo de liderazgo de hoy es mucho más inteligente emocional y socialmente, y totalmente comprometido con los valores, principios y servicio del bien común".

La pregunta es si este enfoque es compatible con el espíritu de competitividad tan propio y vital para las empresas. Frente al tema, Halabí argumenta que el liderazgo comprometido y responsable socialmente no solo es compatible, sino que conlleva a empresas competitivas. "Por ningún motivo se puede utilizar como pretexto el logro de ser competitivo en este mundo de gran competencia para ejercer un estilo de liderazgo inconsciente respecto a la comunidad", sostiene.

Con el objetivo de formar a ejecutivos con este perfil, la IESA ha comenzado a impartir el Programa Avanzado de Gerencia (PAG). Además de entregar las competencias fundamentales de la direcciión (como contabilidad analítica, finanzas, mercadeo, operaciones, planificación, sistemas de información y gestión humana), el curso "prepara a los estudiantes en la comprensión de las variables del entorno político, social, económico e internacional que impactan la toma de decisiones gerenciales. Entrega igualmente una formación integral para el liderazgo, que parte de un profundo conocimiento personal y gerencia de sí mismo, la integración de equipos de alto desempeño, el manejo de conflictos y negociación, la gestión de crisis, coaching gerencial, gestión del cambio y conciencia social", afirma Romero.

El ejecutivo resalta que las escuelas de negocios tienen un rol clave en el desarrollo de este nuevo estilo dirección: "Por años, muchas de ellas concentraron sus esfuerzos en formar y entregar al mercado un profesional de la gerencia blindado con competencias duras, preparado pare desempeñarse en escenarios de gestión globalizados. Las propias crisis de este modelo, aunadas a las también crisis éticas del mundo empresarial, han llevado a muchos de estos centros de formación a repensar críticamente su rol, su contribución real al progreso de la sociedad, y las necesidades de formación integral, con sólida base ética y de conciencia social a las que deben responder", precisa.

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