¿Usted es de los que, al cocinar, se esmera en los mejores ingredientes salvo cuando se trata de verter vino a la olla? ¿Prefiere utilizar lo que sobró en las botellas, después de una fiesta, antes que abrir una exclusivamente para preparar un plato?
Pues bien, en los valles de Napa y de Lodi, ubicados en la zona vitivinícola de California (EE.UU), nació la línea de vinos Academie, hecha especialmente para la cocina gourmet. Sus creadores la hicieron divertida (de menor tamaño para que encaje en la refrigeradora), de costo conveniente (8 dólares cada botella) y especial para distintos tipos comidas.
Así, la línea consta de cuatro variedades (mezclas especiales en tinto y blanco) cuyos “blends” pueden ser conocidos al detalle en la página web y, de acuerdo a ello, usarse con carnes rojas, pescados y postres. A la par, las ventas de Academie (como su nombre lo indica) también se realizan en escuelas de alta cocina, como una excelente estrategia de márketing de largo plazo entre los futuros chefs. Pero eso no es todo.
Otra de sus fortalezas del negocio es su slogan: “Un vino para cocinar que se puede beber”, haciendo hincapié en la costumbre de los cocineros que toman vino mientras mueven los cucharones. Para lograr un mayor acercamiento con los consumidores, la web incluye recetas de cocina, videos didácticos sobre la composición de cada “blend” (frutas, madera, tierra) de modo que el intimidante mundo de los vinos sea accesible y fácil de comprender.
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